
A Javier, sevillano de 58 años, le diagnosticaron EPOC durante la época de la COVID-19, tras quedarse inconsciente en su casa y amanecer en un hospital. Su enfermedad ahora mismo se encuentra en grado dos, pero, pese a tratarse de una de las etapas más leves, lo pasa mal cuando hace algo tan simple como pasar la escoba por el salón. “Luego tengo que estar media hora tumbado para recuperarme”, cuenta el también portavoz de APEPOC Andalucía. El agotamiento se agudiza en verano, especialmente durante las olas de calor.