Así afectan los gases de las erupciones volcánicas a los pulmones

La erupción volcánica del Parque natural de Cumbre Vieja en la isla de La Palma, en las Islas Canarias, sobrecoge a toda España. Más allá de los daños materiales y personales que puede causar la propia erupción volcánica, también tenemos que tener en cuenta los gases que suelta el volcán, conocido como esmog volcánico o niebla volcánica y que afectan al medio ambiente natural y las enfermedades pulmonares de nuestro organismo. 


Este smog volcánico se forma cuando se produce la erupción volcánica, como ha ocurrido en La Palma, y se libera gases a la atmósfera. Este tipo de niebla puede llegar a irritar los pulmones e incluso agravar problemas de salud que ya existieran en estos órganos.

Y es que, cuando se produce la erupción de un volcán, se liberan al aire columnas de ceniza, polvo, dióxido de azufre, monóxido de carbono y otros gases dañinos para nuestra salud y el medio ambiente.

De todos los elementos mencionados anteriormente, tenemos que destacar que el dióxido de azufre es el más dañino de todos ellos. De hecho, cuando los gases que se producen en las erupciones volcánicas reaccionan con el oxígeno, la humedad y la luz solar de la atmósfera se forma el esmog volcánico, que es un tipo de contaminación del aire.

Estos gases también contiene aerosoles, en partículas y gotitas diminutas, con un alto nivel de acidez, principalmente ácido sulfúrico y otros compuestos relacionados con el azufre.

El problema lo encontramos en que estos aerosoles son lo suficientemente pequeños para ser inhalados hacia lo profundo de los pulmones. Y cuando inhalamos este esmog volcánico, se irrita los pulmones y las membranas mucosas, llegando a afectar a la eficacia de los pulmones.

En este sentido, el esmog volcánico también puede afectar el sistema inmunitario de nuestro organismo.

Enfermedades pulmonares que puede empeorar el esmog volcánico

Los expertos señalan que las partículas ácidas que producen los gases en las erupciones volcánicas puede llegar a empeorar las siguientes afecciones pulmonares:

  • Asma
  • Bronquitis
  • Cualquier otra afección pulmonar prolongada (crónica)
  • Enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC)
  • Enfisema

Además, el mero hecho de exponerse al esmog volcánico o niebla volcánica incluye síntomas como dolor de garganta, dolores de cabeza, falta de energía, falta de aliento, mayor producción de moco, ojos irritados, problemas respiratorios, síntomas seudogripales o tos.

¿Cómo protegerse ante los gases producidos por la erupción volcánica?

En primer lugar, todo el mundo debe de tener en cuenta que respirar cenizas puede ser dañino y se recomienda la protección para todos. Por ello, los especialistas recomiendan el uso de mascarillas quirúrgicas para cuando se tenga que salir de casa.

En especial, esta medida del uso de mascarilla la tienen que tener en cuenta dos grupos de personas:

    • Personas que trabajan afuera y están muy expuestas a la ceniza (por ejemplo, equipos de limpieza, equipos de emergencia y rescate, policía).
    • Las personas que son más vulnerables a las partículas de cenizas (por ejemplo, afecciones médicas graves, pacientes con asma, niños, ancianos)..

Medidas para protegerse del esmog volcánico

Desde la web MedlinePlus dan una serie de recomendaciones para protegerse de los gases producidos por la erupción volcánica.

      • Beber muchos líquidos, especialmente líquidos calientes.
      • Mantenerse resguardados en espacios cubiertos.
      • Tener puertas y ventanas cerradas y el aire acondicionado, en caso de tener, funcionando.
      • Las personas con enfermedades pulmonares deben limitar las actividades físicas al aire libre.
      • No fumar.
      • Usar mascarilla quirúrgica.
      • Usar gafas para proteger sus ojos de la ceniza.
      • Tomar medicamentos para la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) o el asma según las indicaciones médicas.
      • Practicar ejercicios respiratorios.

Síntomas de emergencia

Entre los síntomas de emergencia, podemos encontrar los siguientes:

        • Dolor intenso u opresión en el pecho.
        • Dificultad para respirar.
        • Más moco de lo habitual.
        • Expulsión de sangre.
        • Síntomas seudogripales.
        • Fiebre alta (más de 37.8º)

Si una persona tiene asma o EPOC y sus síntomas empeoran, lo mejor es que llame de inmediato al número de emergencias o acuda al servicio de urgencias.

Accede al artículo: https://www.tododisca.com/asi-afecta-gases-erupciones-volcanicas-pulmones/

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